El chico gay que quería una fotocopia
El Pastor
Era una mañana fría, Tomás el pastor se dirigía hacia su establo en medio del valle, sus 70 años empezaron ya hace mucho a pesarle, pero su amor por la naturaleza y su carácter huraño le daban fuerzas para seguir adelante. Le quedaban unos 500 metros para llegar, pero él sabía que algo no iba bien, su perra Niebla no había salido en su búsqueda, aceleró el paso y se la encontró tirada en el suelo con el cuello destrozado a dentelladas.Se reclinó a su lado y le empezó a acariciar la cabeza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, cogió su móvil y avisó al seprona.Durante las dos horas que tardó en llegar el cabo Rodrigo, Tomás estuvo abrazado a su perra, su ropa estaba empapada de sangre. Rodrigo le dijo que entrarán al pequeño cobertizo y que se calmara un poco, eran viejos conocidos aunque hacía 15 años que no se habían dirigido una palabra. Tomás aceptó la mano que le brindó Rodrigo y se dirigieron al cobertizo los dos abrazados, después de una media hora de interrogatorio se despidieron.
Rodrigo a sus 50 años seguía igual que el día que se conocieron, pero esta vez la barba blanca y la corpulencia de su cuerpo sí que habían llamado la atención de Tomás que lo estaba recordando mientras se limpiaba desnudo en un barreño, su pecho cubierto de un manto de vello blanco se iba llenando de espuma y su aroma fue reconfortadolo, su mano izquierda bajó hacia su enorme polla y la empezó a acariciar lentamente de repente la puerta se abrió, era Rodrigo que había estado observando la escena desde una pequeña grieta de la pared como tantas veces hacía desde hace años sin que Tomás se percatara, vivía obsesionado con él, desde los 15 años se masturbaba pensando en él, pero para Tomás la diferencia de edad siempre fue un obstáculo, era la primera vez que veía su miembro y eso le nubló la cabeza, se arrodilló enfrente de él y le gritó HAZME TUYO aunque solo sea una vez en mí vida.
Tomás sonrió y le dijo que está bien, pero que no acepta ningún no, Roberto asentía con la cabeza. ¡Desnúdate y ven! rápidamente Roberto le hizo caso, no sabía qué pensar pero la situación le excitó muchísimo su polla esta bien dura algo que a Tomás no le gusto y soluciono con un apretón de huevos mientras le decía es mí turno.
Lávame, pero mientras lo haces tienes que lamerme los sobacos, las ingles y el culo, como toques mí polla recibirás un pequeño castigo, de pie con las piernas abiertas y las manos en la nuca, Tomás empezó a recibir los lametazos de un sumiso Roberto que temblaba como una hoja, lo de lamer sobacos no era algo que él haría pero por estar con Tomás, aceptó con gusto, mientras le comía el culo su mano instintivamente le agarró la polla recibiendo una coz que lo tiró al suelo. Tomás salió del cobertizo echando pestes por la boca, regresó a los pocos minutos con la cadena de su perra muerta y una pequeña correa, Roberto seguía en el suelo estaba paralizado sin saber que hacer, Tomás lo agarró del pelo y lo alzó, le colocó el collar que aún tenía restos de sangre y le indico que le siguiera a cuatro patas, salieron del cobertizo, hacía frío por lo que sólo le dieron un par de vueltas, en la entrada Tomás le preguntó si tenía frío y este le dijo que sí, soltó una carcajada y le empezó a mear, ¿has visto que calentita esta? se dio cuenta de la cara de asco que Roberto hacía, paró la meada y le dijo, si la quieres chupar la boca y ojos has de abrir. Roberto así lo hizo pero no solo eso sino que se acercó aún más a Tomás quería su premio a cualquier precio. Mientras le acariciaba la cabeza le acabo de mear, estiró levemente de la cadena y se dirigieron al pequeño catre que había dentro a su pies se detuvieron y mientras le quitaba la cadena le dio un morreo que casi le deja sin respiración, lo abrazó y le susurró al oído, ahora soy todo tuyo.
Se sentaron en la cama juntos, se miraban, Roberto estaba intentando asimilar todo lo que había pasado, se puso a llorar, Tomás le empezó a dar pequeños besos en los labios le cogió la mano y se la puso en su polla que rápidamente se puso dura, mira aquí esta tu premio disfrútalo,
Roberto se arrodilló y le paso la lengua por el glande, despacio saboreando y disfrutando de ese momento, poco a poco la lamida fue convirtiéndose en mamada, los gemidos de placer de los dos se entrelazaban, se incorporó y se sentó sobre su polla mientras sus lenguas buscaban el fin de sus bocas, sus caderas se meneaban circularmente y la corrida de Tomás vino demasiado pronto.
Roberto se incorporó, pasó los dedos por su culo y recogió el semen que brotaba de él se lo llevó a su boca y le dio un morreo a Tomás mientras le levantaba las piernas y le metía su polla despacio, disfrutó durante unos momentos del calor de su ano y empezó una enculada brusca y sin control ,se corrió y acabaron los dos abrazados, exhaustos y quien sabe si juntos para siempre.
Voyeurismo y el cuarto oscuro
Leo era un observador nato, un sabueso de la honestidad, un neurocirujano de la hipocresía la cortaba con el bisturí de la verdad y se deshacía de ella, era un animal con mayúsculas. Esa noche el vicio lo tenía subido y sublime, como la lívido y quería experimentar con la sabiduría del voyeurismo, quería satisfacerlo. No recordaba la última vez que lo practicó, últimamente lo tenía olvidado como a su gran amante que aún navegaba por las venas de su corazón.
Se dirigió a un local cochambroso de crussing y oscuro donde se practicaba sexo sin pudor, sin fronteras, ni respeto, cuando entrabas a ese pub olía a semen recién ordeñado, y se te clavaban las miradas de los que estaban dentro, esperando su turno, como el de una carnicería humana, eras un posible alimento para satisfacer el hambre del sexo express, eras un trozo de carne con forma de falo y culo.
Entró con aires de realismo, sin muchas expectativas que hubiera carne fresca, ya que estos antros estaban en declive por culpa de las malditas aplicaciones, donde era más fácil encontrar lo que querías y hacer la orgía en casa y más cómodo.
Ya estaba dentro, se acercó a la barra sin titubear, se pidió un ron con hielo y sin refresco, bebió un buen trago, él observaba a la clientela que estaban apoyados en la larga barra y en la antesala que era una especie de pub, para poder charlar y conocer algún chico, los otros chicos le observaban a él, sin tapujos. Se terminó su copa y se pidió otra, quería entrar en calor rápidamente, pagó con su móvil. El camarero de pelo corto, ojos de color marrón oscuros y pelo en el pecho, no llevaba camiseta, era un chico simpático y muy guapo, le ofreció condones, él los cogió se los guardo en el bolsillo.
Se encontraba preparado para entrar a la trastienda, entre bastidores, el ron le animó mucho, hizo el recorrido correspondiente, se iba deslizando poco a poco por la oscuridad como un gato en celo, entró en el showroom del vicio, era una habitación grande y en el centro había una gran cama redonda, hecha a medida, color roja, recordaba a las que habían en los prostíbulos del París de principio del siglo veinte, su estilo era art decó, había unos cuantos personajes tumbados en ella, cuatro, con los pantalones desabrochados, bajados hasta las rodillas y enseñando las pollas todas duras mientras se la tocaban, esperaban su turno, había un chico de rodillas que no estaba rezando, que hacía de bufón del circo sado, iba lamiendo las pollas una a una como un chupachu, las aspiraba, las iba absorbiendo, habían pocas pollas para ese chico tan necesitado de mamar, era una manada de lobos con su presa fácil, al chico lo habían desnudado, era muy jovencito, sobre 25 años, se volvía loco comiendo pollas, se corrían por su boca y sobre su cuerpo sin pelos y piel blanca, esos cuatro hombres maduros.
Él se tragaba el semen como si estuviera en plena lactancia, un hombre se levantó de esa cama del placer carnal para meterle su gran polla en ese culo imberbe, pero bien abierto, ese trasero tenía grandes añadas de preñadas, estaba muy experimentado en enormes folladas, se corrió en su culo le salía el semen de dentro porque no cabía más en su interior.
Leo observaba con sus prismáticos lascivos todo ese espectáculo de sadismo, ya empezaba a sentir el hormigueo del morbo que lo tenía algo seco por el estrés del trabajo, empezó a despertársele con furia, notaba la erección de su polla entre sus vaqueros viejos y desgastados, le daba latigazos en su vástagos huevos de placer. Siguió andando por ese laberinto de local, tenía tres mini habitaciones para tener algo de privacidad, duchas abiertas donde habían un par de hombres duchándose juntos, frotándose con la fiebre loca calenturienta que se la provocaba que los vieran magreándose, eso les excitaba muchos, les complacía la perversión de ser mirados.
Ese antro era un parque de atracciones para adultos sin prejuicios, lo habitaban todo tipo de hombres, hasta casados con mujeres que las tenían engañadas y lo peor de todo se autoengañaban cínicamente, se encontró a un tipo corpulento de unos 50 años tumbado en el potro, atado con arneses no podía moverse, la boca la tenía tapada con una mordaza con una bola de goma, mientras otro hombre con un físico atlético y robusto le metía su gran puño con cardenales por el culo, el hombre gemía de placer y dolor, mientras tres hombres hacían corrillo y se masturbaban con la sintonía de una orquesta filarmónica.
Leo necesitaba más, ya se había enrolado a ese ejército de sadomasoquistas, tenía que terminar de satisfacer a su parafilia, le dominaba, era un lobo aullando, gimiendo y siguió con el recorrido en el universo metasexo, deambulando por los pasillos, vio una puerta medio abierta de una de las mini habitaciones habían dos chicos con camisetas de tirantes y sin pantalones, la curiosidad le invitó a entrar, uno de ellos estaba inalando popper, estaba eufórico y desatado el otro le estaba comiendo el culo, Leo permaneció en un rincón del habitáculo, eran una pareja, el que estaba inhalando le dijo ven guapo, se empezaron a morrearse, Leo se le puso la polla dura como una espada de un ninja, el otro chico le bajó los pantalones le empezó a comer la polla mientras le comía el culo a su pareja, luego cogió la polla de Leo con su mano suave se dirigió al de culo de su novio, le invitó a que la introdujera, Leo estaba súper excitado, empezó a sacarla y a meterla una y otra vez, gemían los tres de placer cada uno por sus razones, dos por estar follando y el tercero por contemplar como se follaban a su chico, Leo gritaba ¡me voy a correr en tu culo!
-El novio de decía “hoy el culo de mi chico es todo tuyo, préñaselo ”
Leo le dejó todo el culo lleno de leche muy caliente.
El novio le decía cariño fóllame tú ahora, termíname de llenarme mi culo y dejárme embarazado, y eso hizo, fue meterla y enseguida se corrió, los tres terminaron besándose lascivamente.
Leo se vistió, se despidió con una sonrisa de placer y un hasta pronto.
Esa noche durmió como nunca.
Mi marido brutalizado
David y Carlos ya tenían 5 años de relación, por otro lado la amistad entre David y Ximo pasaba los 15 años, ambos estuvieron saliendo, pero la relación por ser ambos activos, tuvo un final corto, aunque lo sexual y sentimental fue fallido, el conocerse dio paso a una amistad y hermandad sólida.
Por otro lado, Carlos y David tenían una relación muy cerrada, compartir con terceros estaba fuera de agenda, ambos ahora versátiles pero con Carlos tomando cada vez un rol más dominante y controlador de su pareja, en su vida sexual y en su día a día. David antes activo en todas sus relaciones, era ahora cada día más sumiso con Carlos, estaba poco a poco, siendo controlado en lo que hacía o con quien se relacionaba y lo estaba asumiendo de forma natural.
Carlos con su 1,74 centímetros y David con su 1,80 centímetros hacían una bonita pareja, el amigo de ambos, Ximo, era alto, 1,82, muy masculino y musculado. Los tres eran coetáneos, rondaban los 40 años.
Ese día David y Ximo reparaban un tubo de agua negras y sin más se partió, el agua sucia salió con fuerza y los cubrió de pies a cabeza, lo que los obligó a quitarse la ropa e ir de prisa a ducharse, y al estar ambos sin desnudos con el agua corriendo por sus cuerpos, se encendió instantáneamente el morbo. Se liaron en un apasionado beso, pero el reencuentro de sus cuerpos, de sensaciones olvidadas después de años de solo amistad había encendido las ganas de uno por el otro.
La polla de Ximo era descomunal, gorda y grande. David la recordó con algo de miedo, mientras comenzaba a comerla, a olerla, a recorrerla con su lengua. Mientras Ximo en medio de la excitación, presionaba la cabeza de su amigo para que entrara toda la polla a su boca, cortándole la respiración y ahogándolo continuamente. Mientras el morbo y las ganas de más crecía entre los dos, se fueron a la cama y siguieron en un frenesí sexual, en lo que evidentemente ya no tenía regreso, y por supuesto olvidando el fracaso de su anterior relación. Estaban en un 69 mamándose y Ximo comenzó a comer el culo de David llenándolo de saliva y con su lengua abriéndose paso cada vez más profundo, cuando estuvo bien lubricado, se puso detrás de David y empezó a penetrarlo, aprovechando el calor del momento y que su amigo estaba totalmente entregado. Este último recordó por un instante que hacía 15 años lo folió resultando algo doloroso, pero esta vez era diferente. La calentura súbita de ambos estaba haciendo su trabajo, poco importaban los recuerdos.
Cuando la polla empezó a entrar el dolor por lo gruesa se hizo presente, pero a la vez con ganas de tenerla toda dentro, la combinación de dolor y placer le encendía más el morbo y le agradaba.
Ximo comenzó con movimientos suaves hasta que sintió que toda su polla había entrado, con un grito algo fuerte de David y enseguida los gemidos de placer, todo era el combustible para el disfrute total. Estuvieron al menos 10 minutos en la misma posición, David acostado boca abajo y Ximo sobre él, con movimientos suaves pero firmes. Luego se recostaron de lado para continuar la follada para terminar de frente y besarse mientras lo penetraba cada vez con más ímpetu, David estaba siendo empalado fuertemente y ambos lo disfrutaban, la excitación, los cuerpos sudorosos y los gemidos llegaron al máximo hasta que David sintió como se llenaba su culo de leche, mientras que su propio semen le bañaba su pecho.
El calentón de ambos fue tal que no notaron las llamadas al móvil, que repetidamente sonaba y sonaba.
Al fin oyeron la llamada del móvil de David, era de Carlos, anunciado que estaba por aparcar y le pedía a su pareja que lo ayudara con la compra.
David le dijo que estaba en el baño, mientras Ximo se vestía con rapidez para ir a ayudar a bajar la compra y darle tiempo a David al menos de asearse. Carlos, una vez llevó la compra a la cocina, pasó a la habitación a saludar a su pareja, quien apenas tuvo tiempo de limpiar algo su culo y de arreglar un poco la cama. Carlos lo abrazó por la espalda y comenzó a besarle el cuello y a susurrarle que estaba con muchas ganas de follar, y mientras entre caricias y caricias, empezó a desvestirse.
David, evidentemente no podía decirle que no a su pareja, y sabía en su mente que empalmarse inmediatamente sería difícil después de la follada que tuvo con Ximo, así que optó por dejarse hacer lo que Carlos quisiera. Empezó a comerle la polla con la esperanza de que se corriera en su boca y no ser follado de nuevo porque notaría su culo húmedo y abierto por la descomunal polla de Ximo. Pero Carlos, que también tenía un pene inmensamente grande, le tiró boca abajo y se echó sobre él, escupiéndole el culo y buscando desesperadamente su ojete. Lo consiguió rápidamente y sin mucha dificultad, empezó a follarlo también con fuerza y más con el calentón que traía de todo un día pensando en su pareja.
Esta vez, David estaba sintiendo algo más de dolor que placer, por lo que empezó a gemir y apretaba con sus manos la sábana para aguantar la dura follada que le daba Carlos. Fueron largos minutos de agonía más que de placer, por el uso doble de su culo por 2 pollas de más de 20 centímetros. Después de 30 largos minutos y habiéndolo follado en cuatro y ahora de lado, Carlos comenzó a correrse dentro de David. Apenas terminó, le sacó la polla llevándola a la boca de su pareja para que se la comiera, hasta dejarla limpia de leche, sin saber Carlos, que traía la leche de Ximo también. David estaba agotado, con dos preñadas fogosas en corto tiempo. Carlos reaccionó primero y fue a ducharse para ir a preparar la cena. David quedó desnudo sobre la cama con el culo a reventar de leche y la boca con el sabor de ambos.
Afuera en la cocina, Ximo no había quedado ajeno a los gemidos y a lo que decían mientras follaba la pareja de amigos. lo que hizo que volviera a pensar en volver a estar con David.
Esposo
Era pasada la media noche cuando escuché ruidos y voces en la habitación contigua, la de huéspedes, y mi esposo, Anton, extrañamente no estaba conmigo en la cama. Sin sospechar nada en especial, me levante y salí al pasillo, abrí con sigilo la puesta de la habitación de huéspedes de donde provenían los ruidos y allí estaba mi marido de 20 años disfrutando el ser brutalizado por 2 hombres.